No
caíste del cielo
Pidiendo
a un ser supremo tu revelación.
Te
manifestaste como lo sagrado y lo puro,
Te
apareciste como un milagro,
Llegaste
mi ángel.
No
caíste del cielo,
Ni
eras tan terrestre como lo humano;
Eras
ser celeste
En
alas de mariposa
Única,
inigualable, majestuosa
Eras
eso, un ángel.
Si
osaba pisar tu tierno pie un terreno,
Era
para posarte en las flores del mundo,
Tal
era tu encanto que danzando,
Del
polen fantástico que tus aleros liberabas,
Brotabas
hasta el más hermético capullo,
Y
eso lograste en mi corazón, mi ángel,
Hiciste
de mi aorta de piedra,
Una
rosa.
Y
así fue, creaste de este diablo
En
su fondo una flora,
Donde
tu beso fue el rocío
Y
tu caricia el alimento,
Germinaste
con tu cariño
Ésta
mi alma desierta,
Labraste
en mis entrañas
Las
semillas de tu presencia,
Eras
criatura divina y te volviste amor, mi ángel.
¿Qué
hiciste ángel mío de este pobre diablo?,
¿Qué
hiciste ángel mío para hacerme creyente
De
lo divino y lo santo?,
¿Qué
hiciste ángel mío para hacer de mi pecho un monasterio
Y
escuchar en cada latir una campanada a tu recuerdo?
¡Qué
hiciste ángel mío de mí
Para
festejar cada día en mí una misa,
Conmemorando
a un dios que se volvió tu nombre!
¡Qué
hiciste ángel mío de mí
Para
hacer de tu imagen un pasaje bíblico
Y
sufrir en mí la pasión de deidades!
¡Yo
no te recé!
Yo
no me arrodillé y supliqué tu manifiesto,
Yo
no te oré para que en mí intervinieras,
Yo
no te invoqué para absolverme los pecados,
¡Yo
no te recé!,
Mas
te soñé
Y
soñé el momento que contigo me encontraría,
Tuve
este anhelo que al menos, tus ojos,
Esos
dos atardeceres una fecha vería,
Me
imaginé contigo vivir un enamoramiento
Inclusive,
logrando idealizar contigo
Cumpliendo
el séptimo sacramento.
Yo
no te recé, te soñé
Y
llegaste,
Y
llegaste para pintar mi vida ónix,
A
tu azul morpho.
Este
diablo esperó a su ángel,
Aguardó
con el tiempo para que aquella arribara,
Y
con un beso divino lo convirtiera,
Para
ya nunca más volver a ser diablo.
Y
lo hiciste,
Me volviste humano,
A
un paso de volver a ser quien era
A
solo un paso de volver a ser arcángel,
A
solo un paso…
Pero
al final volaste.
Te
gustaba mi mirada tierna,
Fue
lo que más admiraste.
Con
tus manos mis mejillas tomaste
mirando
con tus crepúsculos.
Mis
dos noches eternas.
Argumentando
que en su fondo
Veías
mi lado humano.
Tan
apreciado me sentía,
Tan
lleno de dicha.
La
ilusión en mi fondo crecía,
Pero
al final volaste.
Expresando
que precisabas de un ángel guardían
Que
te hiciera compañía,
Que
estaba en ti crecer y retomar el vuelo,
Que
en mí no había claridad,
que
yo solamente era el diablo con la mirada tierna
Y
volaste.
Tan
solo te enamoraste de mi falsa faceta,
Te
enamoraste del antifaz lúgubre de mi decadencia.
¡Precisabas
claridad
Y
en mi alma nació un faro!,
¡Precisabas
de compañía
Y
de mi luz adherí a ti una sombra!,
¡Precisabas
de cariño
Y
te otorgué cada una de mis horas!
¡Precisabas
creer
Y
te brindé lo último de mi fe!
Y
terminé siendo solo la bestia
De la mirada tierna.
¿Y
qué hay del faro?
¿Qué
hay de la sombra?
¿Qué
ocurrió con mis horas?
¿En
que quedó mi fe?
Y
te vi volar,
Y
a tu vuelo ángel mío
Comencé
a llorar
¡Sí,
a llorar!
¡Porque
este diablo también siente!,
¡Porque
este diablo también se enamora!,
¡Porque
este diablo también tiene ilusiones!,
¡Porque
este diablo, antes de ser diablo era humano!
Y
terminé siendo solo la bestia
De
la mirada tierna.
A
tu vuelo
Esa
rosa que brotaste fue cerrando,
Convirtiéndose
entonces en un peñasco.
Tu
beso en mis labios se tornó láminas de hierro,
la
piel cantera.
Sin
tu cariño el alma desierta,
Apagando
un faro,
Quedando
solo entre mis entrañas
Tu
eterno recuerdo.
Estoy
ahora en la pendiente
De
este mi balcón.
Mi
cuerpo ya no es lúgubre,
Sino
de triste pedrera.
Me
estoy convirtiendo
Y
ya no estoy siendo el diablo
Sino
la gárgola en desamor.
Solo
me queda una parte viva
Mi
mirada, mi tierna mirada
Observando
el horizonte,
Esperando
solo dos cosas.
El
último atardecer,
A
un ángel.
J.G.A
Sábado
25/04/2019
11:49P.M.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario