Escuchó el diablo tiernas pisadas
Desde su infierno las apreciaba
Dichas pisadas seguían un ritmo
Barridos y golpes su techo
golpeaban.
Engalanó sus vestimentas de
costumbre
Decidido a averiguar del provenir
de aquellos azotes.
Subió a la superficie, caminando
unas cuantas calles
Siguiendo el ritmo de los pasos.
Conforme andaba tierna melodía
escuchaba.
Seguía la música y las pisadas
Se volvían más agravadas.
Aquello lo condujo a un teatro
Y extrañado al saber de dónde provenía
Abrió sus puertas infiltrándose
lentamente
Aproximándose donde la música
sonaba.
Trompetas, violines y flautas
en el lugar resonaban
Todo lo guiaba hacia el escenario
Su única división
Era de las gradas su portón.
Giró la manilla y divino
estruendo se apreciaba
Sonaba en todo su esplendor
aquella melodía
Y allá en escena una bailarina
danzaba
Con un vestido esbelto, largo,
blanco
Medias de color marfil
Y tacones de yeso tintados
Tal parecía un ángel…
Tal parecía un ángel.
La sinfonía continuaba
Y asimismo ella bailaba.
El diablo atónito por tal belleza
Caminó por el pasillo
Hasta situarse en una de las
butacas
De en medio.
Los reflectores daban a su imagen
Su tez, bajo esas luces, aspecto de gloria daban
Sus brazos movía con tal
delicadeza
Sus manos liberaba con singular
gentileza
Y sus pies,
como deslizándose sobre nubes
Ligeros desplazaba.
Ella en su baile se revelaba como
un cisne
Encorvaba su cuello de la forma
más sutil posible
Danzando ella era la
manifestación del arte
Contemplarla era ver una figura
de cristal trasladándose.
Ella era solamente poesía y nada
más poesía.
Ella era un ángel…ella era un
ángel.
Y Ya por terminar la pieza
El diablo se levantó de su
asiento
Y sin despegar la vista de aquel
encanto
Se aproximó tenuemente al
escenario;
La avistaba como un milagro
Creyendo entonces en lo santo.
Subió los escalones
Quedando a un breve espacio de la
digna figura.
Cuando la melodía culminó
Marcando el último trazo
Escuchó la bailarina unos pasos,
Dirigió la mirada a un costado
Y vio a aquel desde las penumbras
aproximarse.
Mostró ella rostro de espanto
Mas cuando aquel espectro le dio
la luz al rostro
Cambió a sorpresa su mirada
Brevemente se acercó a su figura
Y al tiempo de la cercanía
Las luces de la sala agonizaron
Quedando solo un reflector
Iluminando las dos deidades.
Levemente el diablo le extendió
la mano
Y al punto que ella la tomo
A lo lejos, un tenue violín
comenzó a tocarse.
Sinfonía que estremecía los
corazones
De composición magistral
Partitura soberbia,
Quizá compuesta por los dioses.
Aquél la acercó a su persona
Tomándole con su diestra mano la
cadera
Se miraron las pupilas
Y comenzaron a bailar un vals
divino.
Las cuerdas de aquel violín
Les marcaban los rastros a
bailarse.
Ni una voz se escuchaba
Ni una palabra se dirigían
Tal pareciese que ambos entes
desde hace unos
ayeres se conocían.
Así, blanco y negro se mezclaron
Sin hacer gris el ambiente;
Luz y sombra se unificaron
Revelando en sombras un amor casto;
Fuego y hielo se encontraron
Consumiendo dudas;
Paz y guerra
arterias conquistando.
Siguiendo con el baile
El diablo posicionó de su mano
zurda
La mano de ella sobre su hombrera,
Y despegó la diestra de su cadera
Para tomarle la suave espalda.
La bailarina colocó su sien
En el pecho de luzbel
Y abrazados estaban ya los
enamorados
Dando la imagen más tierna jamás
vista
Pues era la primera vez que vida
y muerte en amor se entrelazaban,
Siendo la primera vez que vida y
muerte
Se aunaban.
Y en el clímax de la armonía
Cambió el escenario.
Sin saberse lo ocurrido
En un nuevo mundo se hallaban,
Donde paraíso y averno se
encontraban.
El violín no callaba
Y sus cuerpos no apartaban
Y bailaban, bailaban.
El violín con el mismo acorde
Pero más apresurado.
Levantó la bailarina su frente
del pecho
Y sin perder el ritmo
Los dos sus ojos miraban
Y bailaban, bailaban.
Apartó el diablo la mano
De su endeble espalda
Colocándola en su mejilla
Y el violín súbitamente detuvo…
Corazones latiendo…
Entrecerraron miradas…
Sus bocas besaban…
Y bailaban, bailaban.
Volvió el violín a tocarse
Con un compás agobiante
Acelerado
Vigoroso
Alarmante
Y bailaban, bailaban.
De su boca el beso
Al cuello fue siguiente
El abrazo sutil al cuerpo
Lo apretujaron
Pasión de él repentina
Arrebato de ella impulsiva
Ropas cayendo
Se desnudaban
Y bailaban, bailaban.
Una nube hicieron lecho
Los dos ahí cayeron
El paraíso arriba
El averno debajo como siempre
El edén temblaba
El abismo rasgaba
Y bailaban, bailaban.
Giraban
Se cargaban
Posiciones cambiaban
El averno encima
El edén debajo
La apocalipsis en aquella cama
Y bailaban, bailaban.
Lenguas
Labios
Uñas
Dientes
Pieles
Descarnadas
Y bailaban, bailaban.
Sudores
Caricias,
Moretones,
Rasguños
Suspiros
Gemidos
Voces
Bramaban
Y bailaban, bailaban
El cielo abría
La tierra germinaba
Paredes húmedas
Honduras atravesadas
Y bailaban, bailaban.
Ojos idos
Columnas desgastadas
Se querían
Se amaban
La pieza terminaba
El violín continuaba
Y bailaban,bailaban
Bailaban,bailaban
¡bailaban!, ¡bailaban!
¡Bailaban!, ¡Bailaban!
¡Terminó!..
A lo lejos, un tenue violín
comenzó a tocarse.
Sinfonía que estremecía los
corazones
De composición magistral
Partitura soberbia.
Quizá compuesta por los dioses.
Bailarina y diablo
Dormían entonces compactos
De tal forma que día y noche fusionaron
Entre ellos quedó un atardecer
Y un violín tocando
Quedándose ellos
bailando…bailando.
J.G.A
Sábado
27/07/2019
01:38A.M.
Todas me gustan, pero esta siempre será especial. Soy tu fan.
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