Tengo en el corazón y en el alma



Tengo en el corazón una espada
Y en el alma una daga traspasada
En la aorta la tizona empalada
Y en el ente una cuchilla estancada.

La hoja cruda al músculo rebana
El hierro ruin por el órgano resbala
A lo que la entretela de a poco entraña
Y a pliegos la víscera se acaba.

Ni que decir del ánima tasajeada
Que de tanto corte se haya ensangrentada
La esencia se vuelve plasma acumulada
Sustancia de males derrochada.

¿Qué es entonces para el corazón la espada
Y para el alma la daga clavada?
Es presencia y mártir implantada
Figura y tortura penetrada.

Para a lo que el corazón un ser encarna
El alma le pulsa un nombre que emana
Así, la aorta adentra un dolor que no sana
Y el ánima urge un ser para no olvidarla.

Solo la poesía puede la espada desclavarla
Los versos, la navaja permitir arrancarla
Así cubrir corazón y alma cada cortada
Por aquellas penas suscitas por una dama.

J.G.A
Jueves
28/02/2019

11:09P.M.

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