Cada Domingo, allá en el teatro
del pueblo
Se presentaba singular cómico
Cuya presentación era tal
maravilla
Pues aquel era el payaso alegría.
Dos funciones daba, cada fin de
semana
Y cada exposición que brindaba
Los asientos del lugar llenaba
Pues era tal su performance que
agradaba.
Era tal gusto verle
Que horas antes de su exhibición
Los puestos tiempo antes cerraban
Para poder comprar un boleto que
pronto agotaban.
¡Vengan!, ¡Vengan a ver al
comediante del momento!
¡Funciones cinco y siete, no se
lo pueden perder!
Era la forma en como el vocero
anunciaba
El evento que se aproximaba.
Cuatro de la tarde y la muchedumbre
en la sala esperaba
Con gran ansiedad se mostraban
En ya ocupar un asiento
Para admirar aquel talento.
Dadas las cinco, las puertas de
la sala abrían
Y todos los presentes por un
lugar corrían
Pues juraban que entre más cerca
se sentaran
Era mayor la risa que soltaban.
Puesta la escena
El teatro repleto
La gente impaciente
Zozobra se sentía en el ambiente.
¡Damas y caballeros! Con ustedes
¡El comediante del momento!
¡El bufón más feliz del mundo!
¡El cómico de la algarabía!,
él es…¡El payaso alegría!
Y apenas aquel el rostro mostraba
La gente lo envolvía en olas de
aplausos
Niños y adultos emocionados a la
par
Por ver aquel payaso risotadas
crear.
Tan hilarante era aquel mostrando
De su rostro completo de blanco
Dos chapitas a los lados
Y chusco de ropas y zapatos.
Recién comenzado el espectáculo
Ya se apreciaban las primeras
risas
Entre chistes y bromas
Gestos y maromas.
Tal era el encanto que brindaba
Que hacía del escenario algo
portentoso
Donde niños quedaban fascinantes
Y adultos con corazón de infante.
Todo era regocijo
Todo era jolgorio
La gente decía: ¡Ese hombre tiene
vida!
¡Qué cómico es, el payaso
alegría!
Al momento de la despedida
Agradeciendo a los presentes su
asistencia
Los niños diciendo adiós su lloro
desatan
Y los otros ondeando sus manos
con un nudo en la garganta.
Ya detrás de las cortinas
Aquel se dirigía a su camerino
Pues después de un formidable
acto
Era preciso descansar un rato.
Quitábase aquel traje
Y remojábase su rostro en el agua
Mas cuando el maquillaje removió
En el espejo algo turbio vio.
Su reflejo daba la imagen más
lamentable
Era la cara de desconsuelo del
pasado
El rostro de dolor de los años
La faz lastimosa de tiempos
antaños.
Ese hombre ya no era más un
payaso
Ese hombre era hombre como todos
Era el reflejo verdadero de su
alma
Tenía en sus ojos de todas, la
más triste mirada.
¿Pero cómo podía ser?
¿Cómo era posible que la persona
más feliz
Recayera en eso?
Siendo de la nostalgia único
preso.
¿Cómo era posible que el
personaje más amable,
tuviera el corazón desdichado?
Quebrantado su pecho
Su tierno esternón deshecho.
¡¿Cómo era posible que tal
celebridad
Declinara las comisuras de su
boca?!
Creando un arco de amargura
Despojando de él toda ternura.
¡¿Pero cómo era posible?! Si él
era el comediante del momento
El bufón más feliz del mundo
El payaso que tenía vida
¡Él era el payaso alegría!
Frente al espejo no era más que
pena
El hombre de alma murria
El rostro puro de la melancolía
Era la tristeza, vestido de alegría.
A punto de marcharse y dejar todo
atrás
Escuchó que llamaban desde la
puerta
“Al escenario payaso alegría”
Y nuevamente a su espejo miraría.
Entrando en cierto trance
A lo lejos ciertas voces
Que con cuidado escucharía
¡Alegría, Alegría!
Al instante recordó porque ahí
estaba.
Sabiendo que era la tristeza,
Más que las alabanzas
Era él para el mundo la última
esperanza.
Combatiría del hombre su pesar
Trayendo a ellos felicidad
Rápido sus ropas empezó a
acomodarse
Y su rostro a maquillarse.
Corrió al escenario
Y aun tras las cortinas
Con una mano dispuso sus lágrimas
a secar
Pues el show, debía continuar.
A veces tristeza y alegría engañan
Ocultas ambas en una máscara
Pues quien más feliz se presume
Es más de dolor que asume.
Mas no es ingrata aquella faceta
Pues quien aún sonríe después de
la tormenta
Ha sabido librar la peor de las
contiendas
Dando a su semejante alegría, la
mejor de las ofrendas.
J.G.A
Sábado
03/08/2019
06:55P.M.
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