Guerra y paz

La guerra y la paz estaban por disputarse un juego de ajedrez
Nunca en la historia se habían mostrado las caras
Siendo esta la primera vez.

Ya puestas las piezas en ambas partes
Paz y guerra tomaron sus lugares
Para iniciar la partida
Siendo el tablero la humanidad.

La guerra mostraba en sus fichas
A la voracidad como sus peones
 A la ira como sus torres
Los caballos eran la lujuria
Los alfiles el egoísmo
Su majestad era la soberbia
Y a su lado, el rey era la sabiduría.

Por otro lado, la paz tenía al frente a la dicha
Sus pilares era la tranquilidad
Los corceles eran el amor
Bendecidos por la generosidad
Su reina era la humildad
Y su señor, la esperanza.

Como era de esperarse
La guerra inició el ataque
Moviendo sus peones con hambre
Y la paz al estar plena
Lo contrarrestó con dicha.

Insatisfecha la guerra comía a la paz
Mas ella al estar amena contratacaba con felicidad
La ambición y la plenitud movimiento a movimiento
Se acababan
Tal como si cuervos y palomas
Los plumajes se arrancaran.

Ya afrontada su primera línea
Puso la guerra a cabalgar sus rocines
Con furia corrieron, azotando de la paz sus peones
Pudo más la pasión que la felicidad
Al notarlo, la paz no tuvo más opción
Que liberar a sus caballos
Con la esperanza que con amor
A la lujuria detuviese
Lo cual logró
La lujuria y el amor se quedaron de frente
El deseo y el afecto se miraron los rostros
Sin poder agredirse.

Pudo la paz contener la transgresión de la guerra
Pero no contó con el desplazamiento de ella
Trasladando sus alfiles, para sus caballos fulminarlos
Así, el egoísmo se hizo presente
Manifestando que no había mayor acto de amor
Que amarse a sí mismo.
Empero, la paz diría algo diferente
Dando respuesta a la ofensiva
Mostró sus alfiles, la generosidad
Declarando que no había mayor muestra de amor
Que el otorgar
Y de este modo acabo con la lujuria
Quedando mano a mano con el egoísmo.

En cólera la guerra estaba
Tras cada ataque que brindaba
La paz lo contrarrestaba
Y ante esta furia la guerra mandó
Su último ataque
Moviendo una torre al otro lado
Acribillando a la tranquilidad
Y esa misma tranquilidad dio contragolpe a la ra
Mostrando neutralidad.

Cegada ya la guerra
Decidió matar de la paz a su reina
Fue entonces que la ira asesinó a la humildad
Y en un goce total, la guerra expiró ¡Jaque!
Al verse sometida la paz
Optó por mover a su rey, la esperanza un paso adelante.

 La guerra quería culminar la partida como sea
Y persiguió la guerra con ira a la esperanza
Cometiendo una jugada en falso
Haciendo que la única torre de la paz
Fulminara tranquilamente a la soberbia
Así, la paz exclamó dulcemente ¡Jaque!

La guerra atónita miró al tablero
Y con sabiduría entonces marchó adelante
Los dos jugadores con cautela
Movían sus piezas en el tablero de la humanidad
Un paso en falso les costaría el juego.

En un punto del encuentro
Los reyes uno al otro comenzaban a acercarse
Por miedo. Sí, por miedo la ira retrocedió
Y simplemente la tranquilidad
Al lugar de la ira recorrió
Asimismo, la acabó.

La partida dio un vuelco
Y era la paz que clamaba victoria
Ya desesperada la guerra
Hizo un movimiento suicida
Moviendo a su rey más cerca al de su contrincante
Haciendo que la paz regresara la tranquilidad un espacio
Aprovechó la guerra ese instante
Y por sí mismo culminó la tranquilidad el egoísmo
Y la sabiduría se aproximó a la generosidad
Al tiempo que terminó cediendo.
Lo que hizo la esperanza
Fue hacer un movimiento para matar al egoísmo.

Rey y rey quedaban en pie
Continuando en duelo sabiduría y fe
Casilla a casilla se acercaron
Al momento que los dos señores de frente quedaron
El último movimiento era de la guerra
Y conociéndola la paz la miró diciéndole ¡Mátame!
Su última pieza era la sabiduría
Y observando a la humanidad le dijo:
“De que me serviría”
Ambas duelistas cruzaron miradas
Y al unísono derribaron sus piezas
Dejando aquella partida
En empate declarada.

Las dos se levantaron de sus asientos
Se dieron la última vista
Para darse media vuelta
Y así marcharse.

En un duelo de espejos
Donde guerra y paz se precisan para saberse
En que la guerra es lidiada con sabiduría
Y la paz por la fe es regida.
Es solo el reflejo del hombre
Que en sí mismo se crea y se cree
Así, el hombre tanto como a la guerra y a la paz
Construyen y rezan
Sin saber que ellos mismos
Se corrompen y se destrozan
Quedando entonces la humanidad
Caída con sus piezas.

J.G.A
Martes
11/06/2019

07:55P.M.

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