Dos sombras.
Perdidos
entre penumbras
Dos sombras.
Cuarto
oscuro y con disfraces,
Vistiendo de
afán y hambre
Dos sombras.
Los cuerpos
compactos
Se acarician,
sus dedos agujas;
Se pinchan
espaldas y brazos
Dos sombras.
Friccionan
un pecho y dos senos;
Las pieles
enardecen, se funden;
Latidos pobres,
serenos;
Las carnes
de repaso urgen
De dos
sombras.
Habitación
sin luz, sin ruido;
Muros acallados,
negros;
Sus frentes
cercanas, angostas;
De pronto,
labios partidos;
Sus bocas
dos truenos,
De dos
sombras.
Un espectro
cae al lecho súbito,
Como humo se
contorsiona;
Apretuja senos,
desliza piernas;
El otro la
opaca cual manto maldito,
Sus manos a
la cadera posiciona
Y transitan
sus cuerpos como venas
Dos sombras.
Lloverá en
aquella cama,
Auguran sus
truenos tormenta;
Se escuchan
gemir los cielos,
La pizca de
la tempestad asoma
Y como
deslizando una gota en la ventana,
Precipita en
la piel discreta,
Agravando los
anhelos
De dos
sombras.
Y ahí, en
los campos de su negrura,
Comienzan el
diluvio de pasiones;
Dermis rojizas,
rasguñadas;
Extremidades
magulladas, mordidas;
Músculos quiebran,
rupturan;
Ensanchan nervios
y tendones;
Honduras y
paredes atravesadas
Y almas
entregadas, vencidas
De dos
sombras.
Exhaustas ya
las siluetas,
Quedan satisfechas
las figuras,
Terminando reconociéndose
de frente,
Dejando secar
sus pieles
Con lo que
queda de sus horas.
La aurora
revela sus facetas,
La habitación
ya no es más oscura,
Muestra el
alba bellamente
Conjuntos a
dos seres,
Volviendo humanos
dos sombras.
J.G.A
Viernes
19/07/2019
10:07P.M.
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