Yo no
pretendía amarla
Ni tan
siquiera concebir el hecho
Que a ella
pudiera entrañarla.
Yo no
pretendía la entrega
La devoción de
mi alma y mi vida
A ella.
Pero lo
hice, la ame.
Y la ame
como a nadie,
Más que
ningún otro demonio
Que haya apropiado.
Querer ya no
era palabra válida
Cuando
acariciarla se convirtió
En
reconocimiento.
Cuando
besarla se volvió juramento
Morderla
pertenecer
Lamerla
sensación.
Clamar deseo
se volvió vago
A
comparación de nombrarla
Y ya era en
aquella mujer
Reconocer
Jurar
Pertenecer
Sentir.
Hoy,
pensarla es significado de tortura.
Cuando viene
a mí su figura,
Su piel a la
mía, hondamente sutura
Al recordar
el calor que emanaba
Su contacto
desnudo
Mi carne
abrasa,
Los músculos
se consuman.
Es
permanecer en la hoguera
Cuyas llamas
se agrandan
Desde el
fondo de la dermis.
Es vivir a
carne propia el infierno.
Hirviendo la
sangre,
Deteriorando
el corazón.
Pensar en
ella
Es colgarme
de la horca
Rompiéndome
la tráquea.
Intentar
eximir un lloro
Pero en mí
ya no se extiende nada.
Asfixiado,
Moviéndome
de lado a lado
Asimilando
un reloj de péndulo
Reflejando
el tiempo que estuve a su costado.
Revelando
los momentos,
Las horas,
El año.
Yo no
pretendía amarla
Pero, como
pudiera yo salvarme
Si mi alma a
ella ya estaba sentenciada.
Cuando por
primera vez a sus ojos miré
Supe al
instante que mi integridad
Estaba a la
muerte condenada,
Mas deberé
decir que fue una divina muerte.
Muerto a
besos
Y alegrías.
Muerto en
brazos
Y
acompañado.
Muerto en
caricias
Y sintiendo.
Muerto,
Vivamente
muerto.
Amorosamente
muerto.
Sin embargo,
es el amor
La peor de
las condenas
Y al estar
mi vida sometida a ella
Al momento
como acabó este amor
Así lo fue
mi vida.
Solicitó
tiempo
Mas mintió,
Porque lo
que ella quiso decir
Es que necesitaba
olvido.
A veces
cuando la soledad le abruma
Y la
necesidad de ser amada requiere
Me busca.
Y cuando uno
mantiene solo la ilusión,
El amor
Lo acepta.
Hasta el
punto de pensarme nuevamente
A vivir en su pecho mi divina muerte.
O cuando
ella ya no tenga soledad,
Cuando ella
sea amada.
Solamente el
tiempo lo dirá,
Esta horca
lo dirá…
Pensar en
ella, es una tortura.
J.G.A
Martes
01/01/2019
10:36P.M.
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